JACK DAVISON
The photorapher of now
Hiroshi Sugimoto es un fotógrafo japonés nacido en Tokyo en 1948. Estudió sociología y política en la Universidad de Rikky y luego en 1974 obtuvo el título de Bachelor in Fine Arts en el Art Center College of Design de Los Ángeles en Estados Unidos. Desde ese entonces, Sugimoto encontró inspiración en el arte minimalista y en el arte conceptual, fue influenciado por el trabajo y los escritos de Marcel Duchamp, así como por el dadaísmo y surrealismo. Igualmente, la arquitectura del siglo XX dejó un impacto en su manera de aproximarse al espacio, de cómo lo capta a través de la cámara y lo articula en sus propios trabajos arquitectónicos de intervención y creación.
“Un fotógrafo nunca hace una imagen, solamente la roba del mundo”
Sugimoto ha recibido numerosos honores y premios entre ellos la medalla de honor en fotografía del National Arts Club Medal, New York (2018); la medalla Centenario de la Royal Photographic Society, London (2017); Isamu Noguchi Award, New York (2014); Officier dans l’Ordre des Arts et des Lettres, Paris (2013); Praemium Imperiale Award, Tokyo (2009); y el Hasselblad Foundation International Award in Photography, Gothenburg, Sweden (2001).
Su obra es fundamentalmente conceptual, reta al espectador a la reflexión sobre el conocimiento, el vacío, la trascendencia de lo humano e inevitablemente sobre la muerte, pero sin matices grandilocuentes ni tremendistas. Siempre dentro de una estética minimalista, su obra está despojada de excesos. Es ejemplo de lo exitoso que es combinar una técnica perfecta con la atención a la belleza y a la armonía visuales. Explora las relaciones espacio/tiempo, imaginación/realidad, ciencia/historia como nociones filosóficas usando las técnicas de la fotografía clásica.
Sugimoto genera imágenes depuradas y meditativas, que enlazan lo concreto con lo abstracto sugiriendo un “reino invisible de la mente” y del inconsciente. En este proceso el artista trata de comprender la naturaleza de la percepción, a través de la fotografía explorando con la duración y la temporalidad mientras indaga el cómo tendencias radicales del pasado iluminan el presente.
Sobre su trabajo dice que su idea central es que la fotografía es una máquina del tiempo, un método para preservar y «ver” una memoria y un tiempo. El lo ve con el ojo del escultor, pintor, arquitecto y filósofo. Utiliza su cámara en miles de formas para crear imágenes que parecen representar la esencia de sus sujetos. En su vasto trabajo ha fotografiado dioramas, teatros vacíos o abandonados, el mar, retratos de figuras de cera, bosques, relámpagos dándoles un toque de abstracción que los extrae del discurso urbano o naturalista. Su actividad artística ha ido más allá de la fotografía abarcando escultura, arquitectura, escritura y artes escénicas.
Es un perfeccionista a la hora de revelar e imprimir, a lo que dedica mucho tiempo y experticia. Siempre entendiendo las dificultades de la impresión en silver print y prestando una atención meticulosa al detalle, de su infinita paleta de negros y grises. Las imágenes de Sugimoto aparecen fuera de foco y ligeramente vagas pero de alguna manera familiares retando al observador para que a través de la bruma borrosa recuerde en su memoria visual y identifique cada objeto y lo que significa en nuestra modernidad. Haciéndose preguntas de cómo recordamos imágenes del pasado Sugimoto propone que evoquemos la esencia de la imagen u obra separada de las asociaciones normales, es el recuerdo a través del tiempo, preciso como una esencia intangible.